La diabetes mellitus (DM) es un conjunto de trastornos
metabólicos cuya característica principal y común es la existencia de altas
concentraciones permanentes o crónicas de glucosa en la sangre, bien por un
defecto en la producción de insulina, bien por resistencia a la acción de la
insulina para utilizar la glucosa, por un aumento de la producción de glucosa,
o por la combinación de estas causas.
Además, se acompaña de anomalías en el metabolismo de los
lípidos, las proteínas, las sales minerales y los electrolitos.
La diabetes se asocia también con la aparición de
complicaciones en muchos sistemas orgánicos, de las cuales las más evidentes
son la pérdida de la visión (retinopatía diabética) que puede llevar a la
ceguera, y la afectación de los riñones (nefropatía diabética) con una
progresiva alteración funcional, que exige diálisis y transplante, una
afectación de los vasos sanguíneos que puede conllevar la pérdida de las
extremidades inferiores (amputaciones) (véase vasculopatía diabética), así como
una afectación del corazón con enfermedad coronaria e infarto agudo de
miocardio, y también afectación del cerebro y los intestinos; Sin embargo, la
mayoría de las complicaciones más frecuentes influyen en el sistema nervioso
periférico y autonómico. Todo esto supone una carga muy pesada para el paciente
que lo sufre y para todo el sistema de salud pública.
Los síntomas principales de la diabetes mellitus son la
excesiva producción de orina (poliuria), el aumento irregular de la necesidad
de comer (polifagia), el incremento de la sed (polidipsia) y la pérdida de peso
sin motivo aparente.
En un estudio realizado en 2018 en el que se llega a la
conclusión es que uno de los principales factores de riesgo de desarrollar
tanto la diabetes de tipo 1 como la de tipo 2 consiste en el consumo de gluten
y que una alimentación sin gluten durante el embarazo reduce el riesgo de que
el bebé desarrolle diabetes de tipo 19.
Clasificación de la
Diabetes Mellitus
En la actualidad hay dos grandes clasificaciones de Diabetes
Mellitus. La primera, de la Organización Mundial de la Salud, considera tres
formas de diabetes mellitus: la diabetes de tipo 1, la de tipo 2 y la de tipo
gestacional (que ocurre durante el embarazo), todas ellas con causas e
incidencia diferentes y la segunda, propuesta por el comité de expertos de la
Asociación Americana de la Diabetes (ADA) en 1997.
Según la ADA, las diferentes
clases de DM se clasifican en cuatro grupos:
- La diabetes mellitus de tipo 1, que consiste en la destrucción total (superior al 90%) de las células β, lo que provoca una deficiencia absoluta de insulina. Representa entre el 5 y el 10% de la DM.
- La diabetes mellitus de tipo 2, producida como consecuencia de un deficiencia progresiva de la secreción de insulina, un incremento de la resistencia periférica a la insulina y un mayor aumento de la producción de glucosa. Constituye entre el 90 y el 95% de la DM.
- La diabetes gestacional, se diagnostica durante el segundo o tercer trimestre del embarazo, en el que suele ser transitoria y la cura en sí es el parto.
- La diabetes causada por otras causas:
a.- Deterioros genéticos en la función celular β (por ejemplo,
diferentes tipos de diabetes monogénica o diabetes de tipo MODY, diabetes
neonatal)
b.-Defectos genéticos en la acción de la insulina
c.-Las enfermedades del páncreas exocrino (por ejemplo, la
fibrosis quística)
d.-Las enfermedades endocrinas (por ejemplo, la acromegalia, el
síndrome de Cushing)
inducidas por drogas o químicos (pentamidina, ácido
nicotínico, glucocorticoides)
infección
e.-Causas poco comunes mediadas por mecanismos inmunológicos.
f.-Otros síndromes genéticos vinculados a la diabetes