En el caso de que te dediques a vivir un estilo de vida
natural, podrías buscar formas de sustituir los artículos típicos de la casa
con ingredientes que ya están en tu gabinete. El bicarbonato de sodio es un
limpiador excelente, pero no es una gran idea reemplazar la pasta de dientes
por sal. La sal es un método común que a menudo se recomienda como una opción
más barata que la pasta de dientes, pero la sal no ofrece los mismos beneficios
para la salud bucal, es por ello que te explicamos los 3 Motivos Parra no Cepillarse los Dientes Con Sal.
El cepillado de los dientes con sal es perjudicial para el bienestar de la boca y es aconsejable conocerlo antes de abandonar el uso de las pastas dentales habituales.
En primer lugar, es necesario tener en cuenta que la boca está llena de tejidos muy delicados, para los cuales la abrasión puede implicar irritaciones y heridas. Aunque la sal posee una textura granulosa que favorece la exfoliación, su acción blanqueadora y limpiadora resulta muy extrema para nuestras encías y dientes. Todo ello puede conducir a una constante sensación de dolor en los tejidos, sin olvidar la mayor posibilidad de infección y otras complicaciones relacionadas.
Pero por otro lado, el fluoruro es uno de los elementos esenciales de las pastas dentales. Este componente nos permite eliminar la placa bacteriana y fortalecer los dientes, y su falta en la sal nos hace perder un gran aliado en la batalla contra las bacterias.
La única utilización de la sal no dañina en términos de higiene bucal sería un enjuague controlado a base de agua caliente y un poco de sal. De hecho, puede aliviar el dolor de una llaga. Aún así, resulta preferible dejar de lado las recetas caseras y no hacer experimentos con la salud de nuestros dientes, apostando por los enjuagues bucales y productos de eficacia dental comprobada.
El cepillado de los dientes con sal es perjudicial para el bienestar de la boca y es aconsejable conocerlo antes de abandonar el uso de las pastas dentales habituales.
En primer lugar, es necesario tener en cuenta que la boca está llena de tejidos muy delicados, para los cuales la abrasión puede implicar irritaciones y heridas. Aunque la sal posee una textura granulosa que favorece la exfoliación, su acción blanqueadora y limpiadora resulta muy extrema para nuestras encías y dientes. Todo ello puede conducir a una constante sensación de dolor en los tejidos, sin olvidar la mayor posibilidad de infección y otras complicaciones relacionadas.
Pero por otro lado, el fluoruro es uno de los elementos esenciales de las pastas dentales. Este componente nos permite eliminar la placa bacteriana y fortalecer los dientes, y su falta en la sal nos hace perder un gran aliado en la batalla contra las bacterias.
La única utilización de la sal no dañina en términos de higiene bucal sería un enjuague controlado a base de agua caliente y un poco de sal. De hecho, puede aliviar el dolor de una llaga. Aún así, resulta preferible dejar de lado las recetas caseras y no hacer experimentos con la salud de nuestros dientes, apostando por los enjuagues bucales y productos de eficacia dental comprobada.
Antes de cepillarse los dientes con sal, hay que tener en
cuenta los tres factores siguientes para entender por qué probablemente no
debería hacerlo.
1. La falta de flúor en la sal.
La pasta de dientes no sólo conserva el aliento fresco, sino
que también proporciona muchos beneficios para la salud oral, gracias al
ingrediente activo del flúor. Según la Asociación Dental Americana (ADA), el
flúor protege los dientes al eliminar la placa dañina y fortalecer el esmalte
dental de forma que cada sesión de cepillado fortalezca y mantenga la boca
sana. Cuando se sustituyen las pastas dentales por sal, se pierden estos
importantes beneficios como consecuencia de ello. Es por ello que su rutina de
salud bucal siempre debe tener una pasta de dientes que haya sido verificada y
aceptada por la ADA. La grandes empresas de pasta de dientes agregan a sus
productos flúor, ya que repara los daños tempranos de los dientes y las encías,
y fortalece los dientes removiendo el esmalte debilitado.
2. Abrasiones en la boca
El tejido de la boca, incluidas las encías, es muy delicado
y puede ser vulnerable a las abrasiones. La sal, de pequeño tamaño y de
naturaleza granular, se recomienda generalmente como un limpiador dental porque
actúa en forma de exfoliante. La sal puede esparcir partículas de alimentos
sobre los dientes, pero puede causar también cortes dolorosos en las encías y
en los tejidos blandos dentro de la boca.
3. Aplique Mejor como enjuague
Si deseas incorporar la sal en tu rutina de limpieza dental,
es mejor usarla como enjuague. En lugar de cepillarse los dientes con sal,
enjuáguese la boca cuando sufra de llagas bucales, como llagas, dolor de
garganta o abrasiones. Coloque media cucharadita de sal en un vaso de agua
tibia y enjuáguese durante unos 30 segundos. Los enjuagues de sal calman el
dolor de boca eliminando las bacterias para un alivio temporal.
